jueves, 18 de febrero de 2016

Entrañable Maestro




De niño, poniendo mano como de costumbre en la biblioteca de mi casa, tendría yo unos seis o siete años, me topé con un libro verde de manuscritos que de repente comencé a hojear. Estaba lleno de dedicatorias dirigidas con mucho afecto a la niña o a la joven Gloria, mi madre. Se trataba de su cuaderno de autógrafos, entre los cuales había uno firmado Rafael Solano, esa fue la primera vez en mi vida que escuché el nombre del Maestro. Mi pregunta de quién era ese señor fue respondida poniendo Mi Vieja a sonar en su tocadiscos (discos de vinilo, obvio) a Marco Antonio Muñiz cantando Por Amor. Traigo la anécdota, porque hace unas cuantas semanas terminé de leer “Música y pensamiento”, libro entrañable, donde el Maestro comparte con el lector sus influencias musicales,  el transcurrir de su carrera a través de profundas reflexiones sobre la realidad del músico dominicano a lo largo de la historia. Nos relata su relación con el piano, amigo inseparable que desde aquel de juguete, siempre le acompaña. Todas las páginas son como sentarnos a conversar con un señor enormemente culto, que nos introduce en una máquina del tiempo, para hablarnos de música, claro está, pero también de tantos lugares del mundo, sus costumbres, de historia, de ires y venires, donde también nos reconstruye de manera sublime su Puerto Plata natal, en los tiempos de su niñez y juventud, esa de la playa, el parque, la loma, el puerto, donde muchas veces vio llegar los barcos llenos de hambre en los tiempos de la Segunda Guerra Mundial. Esa ciudad de Prud’Homme, de Lockward, de Llibre, y de tanto talento puesto en manos del arte y a la cultura dominicana, de esos “sueños de salitre” que hoy se han vuelto realidad.

viernes, 7 de agosto de 2015

Palomo turpial

Cuanto te hablé
Nunca pensé que llegaría tan lejos
El fútbol era el dueño de mi tiempo
Y no sabía del credo la mitad

Mi estado de forma emocional
presagiaba derrota por goleada
Me refugié en la amistad
Palomo, palomo me repetía

Dejé que mis instintos tomaran la rienda
Los paseos sobre las piedras fueron llegando
De acompañante apareció tu aroma
Eres fuego y ya estaba dispuesto a quemarme

Unas cuentas noches después
De palomo evolucioné a turpial
Que entre las sábanas te susurra bajito
Tu lado es mi lado y así siento la vida


lunes, 28 de octubre de 2013

De fusiones e invasiones pacíficas.


La migración es uno de los tantos fenómenos de la humanidad que se encuentran por encima de la ley, ni la mejor política garantiza su pleno control, mucho menos podrá erradicarla. El servicio de guardacostas de Puerto Rico cuenta con radares de última generación para detectar embarcaciones ilegales, muchas son capturadas, las que no la historia nos la presenta en forma de desgracia y muerte. A pesar de eso los viajes en yola continúan, como continúan los del Magreb a las costas de Andalucía.  El instinto de supervivencia del ser humano es más fuerte que todos los sentimientos nacionalistas del mundo juntos. A partir de ese sentimiento patriótico y nacionalista, muchas veces alejado de todo análisis y método, en República Dominicana hemos querido encontrarle solución a la migración haitiana. Por muchos años hemos creído que el remedio pasa por mandarlos a todos de vuelta, recientemente como gran panacea intentamos desnacionalizar.  Sin dudas un sin sentido no sólo desde el punto de vista jurídico también desde lo humano. Las cosas deben iniciar a partir de un proceso de regularización eternamente aplazado y sacarnos un poco de nuestro discurso palabras como invasión pacífica y fusión. No hay que temer, si Halloween y Thanksgiving no son una amenaza para la cultura que nos distingue como pueblo, tampoco lo son el creole y el vudú.

viernes, 21 de junio de 2013

Sobre La Civilización del Espectáculo.


A finales de los ochenta el Perú se encontraba en medio de una campaña presidencial de la que Mario Vargas Llosa fue protagonista. A través de ese proceso fue que pude escuchar por primera vez su nombre. No tenía idea que detrás de ese discurso político se encontraba uno de los más grandes referentes de la narrativa de todos los tiempos. Lo descubrí en los estantes de mi casa, dentro de los primeros años de mi adolescencia, mientras buscaba otros horizontes más allá de los del Barco de Vapor. Recuerdo como ahora el maltratado ejemplar de “La Tía Julia y El Escribidor“ que devoré sin piedad y cuya buena sensación pese a lo ya pasado conservo en el algún lugar de mi existencia. Hace poco terminé de leer su último libro, La Civilización del Espectáculo, un ensayo con el rigor literario propio de un Premio Nobel, con una crítica llena de controversia pero que desborda lucidez.  Una especie de llamado de atención al tratamiento que la sociedad de hoy le da a la cultura, donde nos muestra con sesgo de pesimismo como las banalidades le están arrancando al ser humano su capacidad de pensar, hasta el punto de idiotizarlo y arrancarle su sensibilidad. Por un lado es cierto,  las cosas que dice están pasando hoy día tal cual. Sin embargo aunque el retrato que nos presenta no puede ser más fiel a la realidad, difiero en las conjeturas que hace de cara a lo que se vendrá, porque a pesar de que muchas cosas se nos están yendo a la mierda, albergo el pensamiento de que cosas nuevas y buenas le esperan a la humanidad pese a tanta maraña y estupidez.  El de la Civilización del Espectáculo es un Vargas Llosa abuelito, que nos relata con rabieta su inconformidad a que un joven de hoy no sepa disfrutar a Joyce ni tampoco pueda apreciar el encanto de una pintura de Rembrandt. 

lunes, 29 de abril de 2013

Nueva Orleáns


A comienzo de año vamos afinando las metas que deseamos cumplir. Para un viajero, construir su lista de destinos es una tarea de motivación constante y, dentro de esos nombres, salvo un caso especial, difícilmente aparezca Nueva Orleáns. En mi caso ha sido así, en mi lista puse a groso modo regresar al Perú, irme con mamá a Europa. Hasta que dos amigos, de esos que la vida te hace llamarlos hermanos, se aparecieron en mi oficina para decirme que en abril se iban para allá. No lo pensé dos veces, la fecha, el coro y las historias que pudieran escribirse al lado de estos seres entrañables me hicieron decirles de inmediato, anótenme que me voy con ustedes. Y la ciudad no defraudó, fueron cuatro días espectaculares. Nueva Orleáns tiene una energía impresionante, es la mezcla de muchas historias que se conjugan para brindarnos un presente a ritmo de blues y de jazz, que cada noche se toca y se siente en vivo en cada rincón.  Quedé fascinado como esta ciudad al sur del imperio, se resiste a los embates de la transculturación estadounidense, a fuerza de una identidad envidiable que pudimos disfrutar a través de su gente, encantadora; de su cocina, deliciosa, donde los sabores criollos afroamericanos, latinos y los mariscos, se entremezclan para hacernos delirar, todo, radicalmente opuesto al dispárate deconstructivo de la gastronomía de la famosa comida basura. Besando ambas riveras del Río Mississippi, la ciudad conserva el urbanismo arquitectónico de los tiempos de la colonia, el Barrio Francés y Garden District son un ejemplo de que esos legados victorianos de antaño pueden cohabitar junto a los avasallantes rascacielos. Es un lugar donde se la pasa muy bien, en el que si la vida me deja, volvería otra vez.

martes, 12 de marzo de 2013

Cuarteta de esas noches

Tengo los recuerdos puestos esta noche
Como la ropa que me quitabas a oscuras
Siento tus manos moviendo las aguas
Comiéndose las ganas sin reproche

viernes, 22 de febrero de 2013

Siempre intruso.


La noche alcanza lugares prohibidos
Tierras sobre donde una vez dormía
Pero la distancia infinita se impone
Y entre ella hay amenazantes espinas

Lejos puedo verme en aquel tiempo
Que no añoro, no extraño, no entiendo
El placer lo conseguía todo, hasta el amor

Merodeando percibo las voces de antaño
Haciéndome pasar por imprudente
Desaparezco entre las sombras, me ven
Y el escuchar se vuelve adicción

Inoportuna sean las horas, los momentos
Inoportuno yo, nada ha cambiado
Salvo este silencio que es parte de hoy.